El actor inglés Daniel Radcliffe ha demostrado cierto agrado por el público gay. En varias ocasiones ha confesado lo halagador que le resulta cuando un hombre se enamora de él. Desde su participación en la obra Equus arrancó más de un suspiro.
Al parecer todo comenzó cuando en la obra teatral “Equus”, la joven estrella en ascenso Daniel Radcliffe, habló sobre su sexualidad y se mostró desnudo sobre el escenario.
Lejos del papel del joven mago, dejó aflorar su lado masculino y enamoró a hombres y mujeres con sus encantos.
Ríos de tinta corrieron desde entonces hablando sobre su sexualidad; mientras, en la ficción, su personaje se revolucionaba hormonalmente.
La atención del público masculino por Radcliffe, llama la atención a la prensa del corazón, y el muchacho sigue dando titulares que alimentan sus páginas.
Al parecer, le encanta que los hombres le presten atención y que lo consideren entre los hombres más guapos del Reino Unido.
Incluso llegó a autoproclamarse como “mariliendre” (mujeres que suelen estar siempre acompañadas de gays), pese a reconocer la incorrección política del término.
A pesar de no necesitar justificarse ante nadie, el actor ha deslizado cierto agrado y dedicado uno que otro comentario, en relación a sus encantos para con el público gay, al decir: “para muchos hombres heterosexuales -aunque en mi caso a veces el culpable sea yo- lo más halagador es saber que un hombre gay se ha enamorado de ti”.
La vida de Daniel siempre estuvo vinculada al espectáculo, y en gran medida al mundo gay. Según dejó trascender el propio actor: “Mi madre era directora de casting y mi padre agente literario.
“Estuve rodeado de gays desde bien pequeño y era el único niño de mi clase que tenía ese tipo de relación con los hombres gays.
“Muchos de mis amigos tenían padres que eran banqueros o abogados y ninguno de ellos estuvo expuesto a la homosexualidad de la misma forma que yo, como algo natural. Así que ellos tienen una actitud diferente respecto al tema.”
Mientras se prepara para interpretar por ultima vez a Harry Potter en la popular saga, también en la vida real, la varita mágica de Daniel Radcliffe, dá mucho que hablar.
Nota original por: AG Magazine
Al parecer todo comenzó cuando en la obra teatral “Equus”, la joven estrella en ascenso Daniel Radcliffe, habló sobre su sexualidad y se mostró desnudo sobre el escenario.
Lejos del papel del joven mago, dejó aflorar su lado masculino y enamoró a hombres y mujeres con sus encantos.
Ríos de tinta corrieron desde entonces hablando sobre su sexualidad; mientras, en la ficción, su personaje se revolucionaba hormonalmente.
La atención del público masculino por Radcliffe, llama la atención a la prensa del corazón, y el muchacho sigue dando titulares que alimentan sus páginas.
Al parecer, le encanta que los hombres le presten atención y que lo consideren entre los hombres más guapos del Reino Unido.
Incluso llegó a autoproclamarse como “mariliendre” (mujeres que suelen estar siempre acompañadas de gays), pese a reconocer la incorrección política del término.
A pesar de no necesitar justificarse ante nadie, el actor ha deslizado cierto agrado y dedicado uno que otro comentario, en relación a sus encantos para con el público gay, al decir: “para muchos hombres heterosexuales -aunque en mi caso a veces el culpable sea yo- lo más halagador es saber que un hombre gay se ha enamorado de ti”.
La vida de Daniel siempre estuvo vinculada al espectáculo, y en gran medida al mundo gay. Según dejó trascender el propio actor: “Mi madre era directora de casting y mi padre agente literario.
“Estuve rodeado de gays desde bien pequeño y era el único niño de mi clase que tenía ese tipo de relación con los hombres gays.
“Muchos de mis amigos tenían padres que eran banqueros o abogados y ninguno de ellos estuvo expuesto a la homosexualidad de la misma forma que yo, como algo natural. Así que ellos tienen una actitud diferente respecto al tema.”
Mientras se prepara para interpretar por ultima vez a Harry Potter en la popular saga, también en la vida real, la varita mágica de Daniel Radcliffe, dá mucho que hablar.
Nota original por: AG Magazine
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