El cantante antes conocido como Prince parece haber perdido definitivamente el norte.
Si hace poco evitaba posicionarse en política alegando ser testigo de Jehová, ahora no duda en atacar a los demócratas y a la comunidad LGBT.
Resulta irónico que el cantante con más disloque de cadera de la historia, acostumbrado a vestir de mujer y con una vida sexual más estresante que un día de compras con Victoria Beckham, ahora resulta que odia a los gays.
En unas recientes declaraciones sobre temas sociales como la Propuesta 8 y el aborto —entre otros— el cantante no pudo reprimir atacar a gays, lesbianas, trans y bisexuales: "Dios vino a la tierra y vio a la gente metiéndola en cualquier parte y haciéndolo con cualquier cosa, y simplemente lo arregló todo. En plan, es suficiente" declaró en referencia al episodio bíblico de "Sodoma y Gomorra"
No es muy apropiado, si uno no quiere parecer un demente, acudir a una fábula bíblica para justificar posiciones ideológicas. Es la excusa de los ignorantes y de los fascistas acudir a "Dios" para justificar lo injustificable. Pero el autor de "Sexy Motherfucker" —que ha vivido la mayor parte de su vida en una perpetua y muy Kitsch "Sodoma y Gomorra"—se cree con derecho a determinar lo que está bien y lo que está mal.
La lectura que puede hacerse de sus declaraciones es que aplaudiría un ataque con armas de destrucción masiva sobre la comunidad LGBT, siempre y cuando éste ataque se hiciera en nombre de su "Dios".
Nota publicada por: AG Magazine
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